Este martes 4 de marzo, El Cairo acoge una reunión extraordinaria de la Liga Árabe para discutir el futuro de Gaza, a la que asistirán varios jefes de Estado y el secretario general de la ONU, António Guterres. El objetivo principal de la cumbre es plantear una respuesta al plan propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump, quien sugiere transformar Gaza en la "Riviera de Oriente Próximo", evacuando a su población hacia Egipto y Jordania.
El plan egipcio para la reconstrucción de Gaza, que no contempla el desalojo de sus habitantes, será el documento clave en la cumbre. Este proyecto ha recibido la aprobación casi unánime de los ministros de Asuntos Exteriores árabes. La propuesta incluye la creación de zonas de alojamiento temporal, con el uso de tiendas y viviendas prefabricadas, para los residentes gazatíes.
A continuación, maquinaria de construcción egipcia comenzará a limpiar las áreas afectadas, barrio por barrio, para instalar las infraestructuras necesarias y reconstruir los edificios, la mayoría de los cuales han quedado destruidos. La implementación del plan está proyectada a lo largo de cinco años. No obstante, persisten dudas sobre quién será la autoridad encargada de gestionar Gaza. Se ha sugerido la creación de una comisión neutral compuesta por tecnócratas palestinos.
Hasta el momento, Hamás no ha aceptado oficialmente la propuesta de ser desplazado del poder. Además, la cumbre también discutirá la organización de una conferencia internacional en El Cairo con el fin de financiar la reconstrucción de Gaza.
Las reuniones se llevarán a cabo a puerta cerrada con el fin de llegar a una declaración final, según indicaron fuentes cercanas a la cumbre.
En paralelo a este evento, el ministro de Finanzas israelí, el ultraderechista Bezalel Smotrich, quien aboga por la expulsión de los palestinos de Gaza y Cisjordania, anunció una visita exprés a Estados Unidos para "profundizar la alianza estratégica" entre ambos países.
La Franja de Gaza ha sido devastada por más de 15 meses de enfrentamientos entre Israel y Hamás, iniciados por el ataque sin precedentes de Hamás el 7 de octubre de 2023. Según la ONU, la reconstrucción del territorio, asediado por Israel, requerirá una inversión de más de 53.000 millones de dólares.
Respecto al desarme de Hamás, el movimiento islamista palestino ha dejado claro que este es un asunto no negociable. Sami Abou Zouhri, uno de los dirigentes de Hamás, declaró a la AFP que "cualquier discusión sobre las armas de resistencia (a Israel) es una tontería". "Las armas de resistencia son una línea roja para Hamás y todos los grupos de resistencia", agregó. Abou Zouhri reiteró que "cualquier discusión sobre la deportación de los combatientes de la resistencia o de nuestro pueblo será rechazada de antemano".
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