El Presidente Javier Milei se prepara para su discurso de apertura del período de sesiones ordinarias en el Congreso, aunque la ceremonia se desarrollará con un importante éxodo de dirigentes opositores. A menos de 24 horas del evento, se confirmó que gobernadores, senadores y diputados peronistas no participarán, dejando el recinto con numerosas bancas vacías. Mientras tanto, continúa el conflicto con los periodistas y fotógrafos a los que se les impidió el acceso y se les reubicó en una nueva área, modificando su tradicional espacio en la Asamblea Legislativa.
El discurso presidencial está programado para este sábado a las 21 horas, y será transmitido por cadena nacional. Según informaron fuentes del gobierno, Milei hablará durante aproximadamente 45 minutos, durante los cuales presentará más de 30 proyectos que la administración tiene previsto impulsar en este año electoral. El presidente aprovechará la ocasión para abordar temas clave, entre ellos, la agenda legislativa y las políticas económicas.
Después de su intervención ante las cámaras, Milei convocó a su Gabinete a una cena en la Casa Rosada. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, será el único dirigente del oficialismo invitado, ya que no se extendió la invitación a la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, con quien los roces se habrían intensificado en las últimas semanas, especialmente por la organización del acto.
En paralelo, el entorno presidencial continúa enfocándose en proteger la imagen de Milei tras el escándalo relacionado con las criptomonedas. Como parte de esta estrategia, se tomó la decisión inédita de prohibir el ingreso de fotógrafos nacionales e internacionales al recinto. En su lugar, solo se difundirán imágenes oficiales de la ceremonia, una medida que generó controversia entre los periodistas parlamentarios.
Además, los periodistas gráficos acreditados fueron reubicados fuera de su tradicional espacio en el primer piso del Congreso. Ahora, se les ha asignado un apartado en el segundo piso, en la parte más alta del recinto de Diputados, mientras que en el espacio que habitualmente ocupan los medios estarán presentes militantes del partido libertario. A pesar de las protestas y una carta formal enviada por los periodistas, respaldada por un grupo de legisladores de diversos bloques, el gobierno ratificó la medida.
La vicepresidenta Victoria Villarruel y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, firmaron una resolución en la que se detalló que “con el fin de garantizar el mejor desenvolvimiento de la sesión”, se decidió el “cierre total del recinto de la H. Cámara de Diputados para toda persona que no sea legislador”. La resolución también especifica que los periodistas gráficos deberán permanecer en las áreas habilitadas para ello, limitando su acceso al resto del Congreso.
Mientras tanto, la oposición confirma la ausencia de una parte significativa de sus dirigentes. Gobernadores como Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gildo Insfrán (Formosa) ya anunciaron que no participarán en la ceremonia. Por su parte, Gustavo Melella (Tierra del Fuego) se ausentará debido a que encabezará la apertura de sesiones en su provincia este mismo sábado, mientras que Sergio Ziliotto (La Pampa) también estará ausente, a pesar de que su discurso será a mediodía y no presentaría inconvenientes horarios.
Incluso los gobernadores peronistas aliados optaron por no asistir y enviarán a sus vicegobernadores en su lugar. Entre ellos se encuentran Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), mientras que Gustavo Sáenz (Salta), quien mantiene una buena relación con el excandidato presidencial Sergio Massa, también se ausentará.
El bloque de senadores de Unión por la Patria, con 34 representantes, confirmó que no estará presente en la apertura de sesiones, lo que implica que casi la mitad del Senado se ausentará. Lo mismo decidió el bloque de diputados, que presentó una lista de razones para su inasistencia, entre las que mencionaron la “cripto estafa de Milei”, la designación “por decreto y sin acuerdo” de los jueces de la Corte Suprema, y la falta de un presupuesto para el año 2025, entre otros puntos.
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