El 10 de febrero, Hamás anunció el aplazamiento de la próxima liberación de rehenes israelíes, prevista dentro del marco de la tregua en Gaza, lo que generó la ira de Israel y del presidente estadounidense Donald Trump, quien amenazó con desatar "un infierno". Sin embargo, horas después del anuncio, Hamás declaró que dejaba "la puerta abierta" para un nuevo intercambio de rehenes el próximo sábado, siempre que Israel "cumpla con sus obligaciones".
Ante este escenario, el gabinete de seguridad de Israel se reunirá este martes en Jerusalén para discutir tanto el aplazamiento de la liberación de los rehenes como las deliberaciones sobre la siguiente fase del acuerdo con Hamás, alcanzado en Catar.
Bloqueo en Israel y presiones sobre el acuerdo
Familiares de los rehenes bloquearon la principal vía entre Tel Aviv y Jerusalén antes de la reunión del gabinete de seguridad, exigiendo la continuidad del acuerdo hasta lograr el regreso de todos los secuestrados. Aproximadamente 76 personas, la mitad de las cuales aún estarían con vida, permanecen cautivas en Gaza. La reciente preocupación en Israel por el estado de salud de los tres rehenes liberados la semana pasada ha añadido presión sobre las negociaciones, otorgando a Hamás un nuevo elemento de presión.
Este martes, un kibutz israelí anunció la muerte de uno de sus residentes, Shlomo Mansour, de 86 años, quien había sido secuestrado en el ataque terrorista del 7 de octubre. La comunidad lamentó su pérdida y recordó que Mansour era originario de Irak.
Hamás responde a las amenazas
En respuesta a las amenazas de Trump de desatar "un infierno" si no se produce la próxima entrega de rehenes, un portavoz de Hamás afirmó que "ambas partes deben cumplir con el acuerdo. Las amenazas solo complican el asunto". La suspensión de la próxima fase de la liberación de rehenes por parte de Hamás, en medio de las acusaciones de infracciones por parte de Israel, ha creado un momento delicado en las negociaciones. Este retroceso podría provocar un rebrote de violencia e incluso el colapso de la tregua, según advirtieron expertos.
Segunda fase en riesgo
Las negociaciones para la segunda fase del intercambio de prisioneros, que deberían haber comenzado el lunes pasado, no avanzaron, ya que Israel no envió a Doha una delegación con la autoridad para continuar el diálogo, aunque se cumplieron otras condiciones.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha estado bajo presión para continuar la guerra hasta lo que ha denominado "la destrucción final de Hamás", y aceptó la primera fase del acuerdo bajo la presión de Trump. Sin embargo, Hamás teme que no se logre avanzar hacia la segunda fase del acuerdo, que incluye la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza, el fin de la guerra y la liberación de prisioneros palestinos clave que podrían desempeñar roles de liderazgo político y militar.
Tensión internacional
Por otro lado, Trump ha manifestado su intención de trasladar a los gazatíes a Jordania y Egipto como parte de su plan para la Franja de Gaza, aunque ambos países han rechazado la propuesta. El lunes, Trump advirtió que "posiblemente" interrumpiría la ayuda económica estadounidense a Jordania y Egipto si ambos países persisten en su negativa a acoger a los gazatíes.
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