Fanatismo 2.0: Contradicciones presidenciales contra el feminismo

 

Javier Milei, presidente de Argentina, ha desatado controversia con sus recientes declaraciones en el Foro de Davos, donde expuso su cruzada contra lo que denomina "ideología woke". Según Milei, esta corriente cultural promueve un sinnúmero de degeneraciones, como la glorificación de personas trans, parejas gay, migrantes y, en especial, mujeres, quienes, a su juicio, buscan "privilegios" bajo el pretexto del feminismo. En su discurso, el mandatario comparó estas ideas con un estado de "alucinación" y se refirió a ellos de manera extrema, sin el filtro de la política tradicional.

Acompañado de su retórica agresiva, el mandatario recurrió a las redes sociales para expresar su furia. En la madrugada previa a su intervención en Suiza, Milei publicó en su cuenta de X (antes Twitter): “Zurdos hijos de puta, tiemblen”, y prometió buscar a sus opositores "hasta en el último rincón del planeta". Para muchos, la lógica fascista de Milei es una preocupación, pero lo que más inquieta es su inestabilidad emocional y la forma en que sus colaboradores justifican sus desmesuradas expresiones.

La justificación de sus colaboradores

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentó suavizar las declaraciones de Milei, sugiriendo que el presidente no estaba incitando a la violencia, sino que simplemente "quiere debatir" con sus opositores. Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, defendió al presidente en las redes sociales, publicando un elogio a su mensaje: "¡Excelente! El mensaje es claro. Se acabó la era de los débiles, empieza la era de los valientes".

Sin embargo, mientras Bullrich celebraba estas declaraciones, un sargento de la Policía Federal bajo su mandato, Germán Balma, era arrestado por el asesinato de su tía, Lucía Martínez, un crimen que, aunque no fue catalogado como femicidio, dejó expuesta la contradicción de las posiciones de la ministra y su gobierno.

La contradicción sobre el femicidio

El tema del femicidio, sin duda central en el debate, también fue tocado por Milei. El presidente cuestionó la pena agravada por femicidio, argumentando que no debería aplicarse una pena más grave por el hecho de que la víctima sea mujer. Este discurso es especialmente irónico, considerando que uno de los votantes clave de la ley que introdujo el femicidio como agravante en 2012 fue, precisamente, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad en la actualidad.

Este giro en las posiciones políticas de Milei y Bullrich también encuentra eco en Nicolás Márquez, un intelectual cercano a Milei, quien en una entrevista afirmó que "nadie mata a una mujer por el hecho de ser mujer", una declaración que, si bien polémica, refleja la postura de algunos sectores vinculados al presidente sobre el feminismo. Además, Márquez fue más allá, haciendo una insostenible asociación entre la homosexualidad y la pedofilia, algo que desató indignación.

Un personaje polémico

Márquez, además de sus posturas conservadoras, tiene un pasado que lo vincula con situaciones de abuso. En 2008, fue denunciado por el abuso de su hija, quien en ese momento tenía solo cuatro años. Aunque el caso fue cerrado, la víctima ha apelado el sobreseimiento. Esta contradicción entre las declaraciones públicas de los voceros de Milei y sus propios antecedentes personales pone en evidencia una clara doble moral en el discurso contra el feminismo.

Un ministro con pasado turbio

El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, también ha sido parte de esta cruzada contra la “corrección política” y la ley de femicidio. Cúneo Libarona, en un discurso reciente, anunció la intención del gobierno de eliminar el agravante por femicidio del Código Penal, argumentando que la eliminación de esta figura garantizaría la “igualdad ante la ley”. Su eslogan, “No es Ni una Menos; es Nadie es Menos”, resuena como un intento de deslegitimar la lucha feminista.

Cúneo Libarona no solo tiene un pasado político controversial, sino que también está vinculado a un episodio personal trágico que involucra la muerte de su expareja, Lourdes Di Natale. Ella falleció en 2003 tras caer desde una ventana, en un caso que jamás fue esclarecido, pero que aún genera dudas sobre su naturaleza. La figura de Cúneo Libarona, lejos de ser ajena a la problemática de la violencia de género, se encuentra en el centro de esta discusión debido a sus posturas políticas y su propia historia personal.

La paradoja de un discurso contradictorio

Las intervenciones de Milei y sus colaboradores, combinadas con sus posturas sobre el feminismo, el femicidio y la violencia de género, muestran una paradoja de incoherencia y doble moral. Mientras critican el feminismo y las leyes que protegen a las mujeres, las contradicciones en su entorno cercano y sus propios antecedentes ponen en evidencia una desconexión entre el discurso y la realidad. Esta contradicción entre el mensaje oficial y la conducta de quienes lo promueven refleja las tensiones internas de un gobierno que, mientras se presenta como defensor de la "igualdad ante la ley", no puede evitar caer en las mismas prácticas que dice combatir.

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