Las autoridades brasileñas han rescatado a 163 trabajadores chinos que se encontraban en condiciones laborales equivalentes a la esclavitud, en una obra de construcción de la automotriz BYD, en el estado de Bahía, al noreste de Brasil. Los obreros, contratados por la empresa Jinjiang Construction Brazil Ltda., fueron sometidos a condiciones extremas que incluyeron la confiscación de sus pasaportes, la retención del 60% de sus salarios y una falta total de medidas de seguridad.
La intervención de la Fiscalía del Trabajo de Brasil se produjo luego de recibir múltiples denuncias sobre los abusos laborales que sufrían los trabajadores en la construcción de la planta de BYD, la cual será la más grande fuera de Asia. En los videos difundidos por las autoridades, se pudo observar la precaria situación en la que vivían los obreros, que dormían en camas sin colchones y en habitaciones sin espacio para guardar sus pertenencias personales. Además, los trabajadores se veían obligados a pagar sus propios boletos de regreso a China si decidían abandonar el proyecto, lo que evidenció aún más la explotación a la que estaban siendo sometidos.
Según la Fiscalía, los empleados fueron contratados en China por la empresa Jinjiang Construction, que operaba como subcontratista en la obra de la planta. La situación se agravó con el hecho de que los pasaportes de los obreros fueron confiscados, lo que les impedía salir del país, y se les cobraba una parte considerable de sus sueldos, lo que constituía una clara violación a los derechos laborales. Además, aquellos que renunciaban se veían obligados a pagar los costos de sus pasajes de ida y vuelta a China, lo que los mantenía atrapados en un ciclo de abuso y explotación.
La planta de BYD se encuentra en la ciudad de Camaçari, en Bahía, donde se está construyendo una de las mayores fábricas de autos eléctricos del mundo. Según las autoridades locales, las condiciones de trabajo en el sitio eran extremadamente peligrosas. A los obreros no se les proporcionaban los equipos de protección necesarios y se vio un alto índice de accidentes laborales. Al menos dos accidentes graves fueron reportados, que fueron atribuidos a la falta de descansos adecuados y la ausencia de medidas de seguridad en el lugar de trabajo.
Además de las condiciones de trabajo inseguras, los fiscales señalaron que la situación sanitaria en el sitio de construcción era igualmente alarmante. Los obreros tenían que compartir un solo inodoro por cada 31 personas, lo que los obligaba a despertarse a las 4 a.m. para hacer fila y estar listos para salir al trabajo a las 5:30 a.m., lo que también violaba los derechos básicos de higiene y descanso.
Tras la intervención de las autoridades, los 163 trabajadores fueron rescatados y se les proporcionó alojamiento en hoteles cercanos mientras se regulariza su situación. La empresa BYD, que produce vehículos eléctricos de gran renombre, emitió un comunicado anunciando la rescisión inmediata del contrato con la empresa Jinjiang Construction Brazil Ltda., responsable de la obra. BYD también destacó que ya estaba tomando medidas adicionales para garantizar que este tipo de situaciones no se repitieran en el futuro, e indicó que estaba revisando las condiciones laborales de sus otros proyectos de construcción.
BYD, cuyas siglas significan “Build Your Dreams” (Construye tus sueños), es uno de los principales productores de automóviles eléctricos en el mundo, con una fuerte presencia en el mercado global. La compañía expresó su compromiso con la protección de los derechos laborales y señaló que había estado revisando las condiciones de trabajo en la obra de Camaçari durante las últimas semanas. Además, afirmó que había estado comunicando a los contratistas la necesidad de realizar ajustes inmediatos, aunque la situación de los obreros rescatados fue mucho más grave de lo que inicialmente se había detectado.
La intervención en Brasil ha puesto de manifiesto la importancia de un mayor control y supervisión en las condiciones laborales de las grandes obras de construcción, especialmente en proyectos internacionales, y ha resaltado la necesidad de asegurar que los derechos humanos de los trabajadores sean respetados, sin importar su nacionalidad. El caso está siendo investigado por las autoridades brasileñas, quienes continúan trabajando para regularizar la situación de los obreros y asegurar que los responsables enfrenten las consecuencias legales correspondientes.
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